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jueves, 7 de febrero de 2008

METODO MONTESSORI


Este método consta de dos componentes clave para que el niño tenga un buen desarrollo educativo; estos son: el medio ambiente, incluyendo los materiales y ejercicios pedagógicos, y las maestras o guías que preparan ese medio ambiente.Sobre el medio ambiente es importante conocer tres aspectos fundamentales: En primer lugar, la Dra. Montessori consideraba al medio ambiente como secundario a la propia vida. En segundo lugar, el medio ambiente debe ser preparado cuidadosamente para el niño, por un adulto inteligente y sensible. En tercer lugar, el adulto debe participar en la vida y el crecimiento del niño dentro de ese medio ambiente. Por ello las guías que trabajan en las instituciones que ejercen este método desempeñan un papel crucial en el medio ambiente del niño. Las guías tienen una intervención importante en el desarrollo y en la preparación del medio ambiente, porque el niño depende totalmente de esta ayuda; es decir "La única esperanza del niño radica en su intérprete". El no puede beneficiarse completamente del material didáctico en el medio ambiente sin la inspiración y la orientación de la guía.¿Qué desarrolla el método Montessori en los niños?Son seis componentes básicos los que pretende desarrollar el ambiente Montessori en los niños:1) Libertad.2) Estructura y orden.3) Énfasis en la naturaleza y en la realidad, fomentando la autodisciplina y la seguridad personal.4) Apreciación de la belleza y respuesta positiva y espontánea hacia la vida.5) Autoconstrucción y desarrollo psíquico.6) Vida responsable en comunidad.El primer componente básico es la libertad, ya que sólo en una atmósfera de libertad se nos podrá revelar el niño. Como el deber del educador es identificar el desarrollo infantil y contribuir a él, debe tener la oportunidad de observarlo en un medio ambiente tan libre y abierto como sea posible. En segundo lugar, si el pequeño posee dentro de sí el patrón para su propio desarrollo, se debe permitir que este patrón interno dirija su propio crecimiento.El segundo componente es la estructura y el orden. Estos dos elementos subyacentes en todo ambiente, deben reflejarse en el salón de clase para que el niño pueda interiorizarlos y construya así su propia inteligencia y orden mental. A través de esta estructura y orden adquiridos, el niño aprende a confiar en su medio ambiente y en su propio poder para interactuar con él de una forma positiva. Ello asegura al niño la posibilidad de desarrollar una actividad llena de propósito. Él sabrá adónde acudir para encontrar los materiales que ha elegido. Para ayudarle en su elección, los materiales se agrupan de acuerdo con el interés al que apelan, (¿quieres decir con la habilidad que despiertan?) y arreglados en secuencia en cuanto a la dificultad o al grado de complejidad que presentan.El tercer componente es el énfasis en la naturaleza y la realidad. El niño debe tener la oportunidad de captar los límites de la naturaleza y la realidad para que pueda liberarse de sus fantasías e ilusiones, tanto físicas como psicológicas. Sólo de esta forma puede desarrollar la autodisciplina y la seguridad que necesita para explorar su mundo externo e interno, y para convertirse en un observador agudo y apreciativo de la vida. Asimismo se recalca el contacto con la naturaleza, ya que el hombre "pertenece todavía a la naturaleza y, especialmente cuando es un niño, debe extraer de ella las fuerzas necesarias para el desarrollo del cuerpo y el espíritu"; por ello el salón y el área exterior deben estar animados por seres vivos de diversas especies que puedan ser cuidados por los niños.El cuarto componente está relacionado con la belleza y con una atmósfera que estimule una respuesta positiva y espontánea hacia la vida. Este componente está incluido porque la Dra. Montessori consideraba la belleza no como una ayuda adicional para el niño en desarrollo, sino como una necesidad positiva que invoca su poder para responder a la vida. Por tal motivo el ambiente no debe ser un sitio elaborado ni recargado, sino que todo dentro de él debe tener un diseño sencillo y acogedor para que propicie una atmósfera relajante y cálida que invite a la participación.El quinto componente se refiere al uso de materiales Montessori. El propósito de estos materiales es ayudar a la autoconstrucción y al desarrollo psíquico del niño. Deben contribuir a este crecimiento proporcionando al pequeño estímulos que cautiven su atención e inciten a la concentración. Además, los materiales Montessori están diseñados para la autoeducación, por eso el control del error radica más en los materiales que en la guía. El control del error conduce al niño en el uso de los materiales y le permite reconocer sus propios errores. Conocer el momento y la naturaleza del error, sin influencia de la guía, hace que el niño aprenda que toda la responsabilidad del acierto o el error es de él.Finalmente el sexto componente es el desarrollo de la vida en comunidad. La creación espontánea de una comunidad infantil es uno de los resultados más notables del enfoque Montessori. El desarrollo de la participación en la comunidad se propicia mediante varios elementos clave en dicho método: uno de ellos es el sentido de responsabilidad que los niños empiezan a sentir los unos por los otros, y el segundo es que aprenden a convivir, mediante la inclusión de niños de diferentes edades en cada ambiente.

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